Muestra del taller de Guillermina Baiguera
Indagarse y ver qué es lo que sensibiliza, es la consigna del taller de bordado a cargo Guillermina Baiguera, que el sábado 15 de noviembre inauguró su muestra en Canasta. Hace 5 meses, 12 mujeres, diseñadoras gráficas, fotógrafas e ilustradoras, se reúnen una vez por semana para practicar este arte manual.
Primero debieron aprender la teoría, alrededor de 20 puntos diferentes, trabajando intuitivamente, para desarrollar un tema. "Me importa que transgredan esa técnica, esa tradición. Darles las herramientas para que encuentren un lenguaje propio y libre", cuenta Baiguera. Sus alumnas tienen la libertad de abrir los puntos y romperlos generando nuevos.
En este espacio de Colegiales el bordado dejó su función originaria. Son pequeñas piezas, alegorías diría Heidegger, soportes de múltiples significaciones. Abren mundos. Mini historias contadas con hilos de colores y horas de paciencia.
Peces y un oso polar. Para Florencia Delboy, bordar no es algo utilitario, sino otra herramienta de expresión. Dibujar lento cambiando el lápiz por la aguja.
Adriana Torres es ilustradora. A ella cada punto le inspira una forma, una imagen. Así surgieron el ciervo y la silla con alma. Como la acuarela y el óleo, ahora el hilo pasa a formar parte de sus técnicas. A la hora de dibujar también incorpora texturas que surgen de esta nueva práctica. Un verdadero enriquecimiento interdisciplinario.
Un texto de The Smiths inspirado en Aldo Chaparro sirve de disparador para Magalí Polverino. Retoma el formato y la tipografía; varía la técnica y el color. Un artista brasileño le cede un dibujo vìa Flickr.com, al que interviene con una frase: solve et coagula, que es un concepto medieval de alquimia que significa disolver y coagular. Llevándolo a un plano textil, esta fotógrafa saca al bordado de lo abuelístico, fusionando técnicas, artes, herramientas y hasta idiomas.
Pitucones antipitucón, claro ejemplo de resignificación, para cuidar y no romper. Su creadora, Bárbara Puetz, incluso les dio poderes especiales: uno es mágico, el otro volador.
Atletas, nadadoras y gimnastas en plena actividad. Jazmín Berakha es ilustradora y diseñadora gráfica, y antes de bordar, boceta. Llega a la tela sabiendo qué va a hacer, pero se permite armar y desarmar miles de veces, probar color, experimentar. Para ella fue descubrir una técnica que llega al mismo fin, un lenguaje similar, pero de un modo más minucioso. Es compenetrarse, dedicar mucho tiempo. Sumó un sentido; no puede no tocarlos.
La muestra se puede ver de lunes a sábado de 16 a 20 hs en Delgado 1235, hasta el 27 de noviembre.
Más info en www.ca-nas-ta.org
Nota publicada en TrendXchange
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