25.2.09

Buenos Aires, Ámsterdam, Buenos Aires



Una chica sostiene un puñado de globos de colores y parada tras de un cerco, observa a los paseantes. Es Carola Besasso dentro de su burbuja; es DAM.


Desde chiquita tengo una fuerte tendencia a todo lo artístico, por eso estudié Bellas Artes. Me recibí en Ámsterdam, volví a Buenos Aires y me planteé de qué iba a vivir. A mí me gusta estar en el estudio haciendo cosas, pero el artista plástico tiene que, por un lado, trabajar en el taller y hacer la obra, y por otro, figurar. La posibilidad de abrir un espacio mío, ser independiente y hacer ahí lo que se me ocurra es mucho más interesante; se genera una relación directa con el público. No depender ni de lo que se está usando, ni de las tendencias. Hacer mi camino propio, que es más lento pero también más libre y placentero.

En el año 98, un local con pocas pretensiones en Palermo fue la solución. Empecinada en mantener su estilo de vida de Ámsterdam abrió DAM. Al principio vendía ropa usada o reciclada que traía desde Holanda. Con el tiempo fue sumando productos de amigos, conocidos y no tanto, hasta collares de un homeless. El barrio fue cambiando y ella siguió con la propuesta multimarca. El año pasado decidió que ya estaba lista para que fuera solo DAM.

Soy una artista plástica que hace ropa. No soy diseñadora. Fui aprendiendo del ensayo y error con el negocio abierto, una universidad con las puertas a la calle. Fue un proceso lento de buscar y encontrar mi propia estética, no me interesa apurarme. En la escuela de arte aprendí que cuando algo es sincero se nota, y en la ropa, no se vende lo que no es propio. Cuando uno crea con autenticidad, con seguridad, hay gente que te va a entender y le va a gustar.


De a poquito se va acercando al sistema convencional de la moda: las colecciones. Por ahora se maneja con tiradas semanales de prendas, nuevos modelos y variaciones durante la temporada... nada la ata.

No hay un plan al cual tenga que ajustarme porque el plan se ajusta a mí. Es como un gran collage. Me entusiasmo e identifico con la combinación de telas sobre formas básicas y eso genera mi estética. Consigo retazos importados, telas antiguas, traigo en mis viajes y eso hace a la identidad de las prendas, en su mayoría únicas. La moldería también me parece fundamental, que algo quede bien.

Se percibe una evidente cita histórica a la década del 40, su silueta, los textiles y estampas propias del estereotipo de ama de casa post guerra, especialmente reflejado en vestidos y camisas. La artista rescata formas de películas, libros, ilustraciones e imágenes con estéticas de épocas pasadas.

Entiendo que es muy difícil leer algo cuando entrás a un negocio y ves tanta variedad de estampas. Tiene que haber algo con qué bajar toda esa estridencia. Por eso introduje las prendas casi lisas. A nivel producción también resulta positivo: me permite producir más fácilmente y tener stock. La prenda única es un poquito esclavizante, nunca llegás a reponer, es todo el año sin parar.

Un alto porcentaje de las prendas, las más complejas por lo menos, son confeccionadas por dos costureras, una cortadora y ella. Por eso no puede aumentar la producción para mantener un catálogo, ni mucho menos vender al por mayor, a pesar de los pedidos que recibe, especialmente del exterior.

Antes yo hacía todo: cortaba, elegía los botones, los vivos e hilos de cada prenda como si fuera un hijito. Pero no alcanza el tiempo. Ahora tengo más ayuda, y puedo mandar a hacer 15 polleras lisas iguales, 20 remeras de punto, que aunque tengan el patch distinto, pueden confeccionarse en taller.

Terrible dilema el de mudarse o no. Por momentos siente que la rodea una estética que no es la que busca y le dan ganas de estar en otro lugar. Le gustaría también exportar, empezando por Ámsterdam. "Hace rato que me piden y siempre digo que no. El público extranjero acá flashea, tendría que aprovecharlo", dice. DAM niños es casi una realidad. Tiene ropa ya hecha, un lanzamiento inminente. "Hombres me piden pero no, es otra moldería, otro público. Aparte, si hiciera para hombres con estas telas no me iría muy bien que digamos. No son tan juguetones para vestirse".

Carolina Pierro

Nota publicada en TrendXchange

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