Sobre cómo se visten en el Lejano Oriente. Sus marcas favoritas, las ferias, los shoppings y algo más sobre su moda.
Nota publicada en La Nación Moda
HONG KONG (Especial).- Hong Kong es difícil de catalogar: es China, pero a la vez no lo es; es internacional, pero casi no existe una moda propia; está llena de shoppings con las marcas más reconocidas, pero todos saben que en las ferias callejeras se consiguen las mejores oportunidades. Esta ex colonia inglesa es sobre todo una convivencia de estilos, idiomas, culturas, cuyo espíritu heterogéneo y desprejuiciado se ve reflejado en el vestir de su gente: algo europeo que se codea con lo japonés, y remata al mejor estilo oriental.
Geográficamente hablando, la ciudad está compuesta por la isla de Hong Kong, Kwoloon, y los nuevos territorios, y la moda se disemina por todos lados de modo desparejo, generando estereotipos según la zona. Predominan dos siluetas, o dos sistemas de conjuntos que varían en color y género: maxi -son prendas superiores hipersueltas combinadas con pantalones, calzas al cuerpo, o medias altas, y una más estilo años noventa, con pantalones y faldas de tiro alto. En los pies zapatillas, tacos, botas y Dr. Martens ( www.drmartens.com ). Claro que coexisten muchos más estilos: están las que eligen babuchas o pantalones sueltos, las que apuestan al conjunto negro y blanco de chaleco, camisa y pantalón, y las que, simplemente, se ponen lo que quieren.
Los hombres optan por camisas y remeras estampadas con grandes escotes, de marcas tales como Billionaire Boys Club o Comme des Garçons, con chalecos o sacos de vestir, suéteres y cardigans escote en V. Los pantalones son de tiro bajo, ajustados, y van con zapatos o zapatillas de lona. Están los que se animan a los sombreros y las boinas, y casi sin excepción... llevan cartera!
Video: moda urbana en Hong Kong
Ciudad de megatiendas
Volviendo a la sectorización del circuito de compras, no está de más decir que esta ciudad se caracteriza por ser uno de los lugares donde hay mayor concentración de locales de marcas top en el mundo, ya sea en shoppings o megatiendas. No hay que olvidar que allá el espacio es un bien codiciado; las marcas internacionales y las grandes cadenas tienen megalocales; el resto se las ingenia para hacerse un lugar entre miles de negocios que saturan las calles. Central es el distrito financiero, un polo de elegancia y estilo europeo, una pasarela de oficinistas chic, que reúne las firmas más lujosas en cuatro edificios interconectados por puentes: The Landmark, Alexandra House, Chater House y Prince´s Building. Prada, Burberry, Marc Jacobs, Armani, Fendi, Dries Van Noten, Yves Saint- Laurent, Fendi, Michael Kors, Jimmy Choo, la megatienda Harvey Nichols, todos en un mismo lugar, con locales imponentes y precios altísimos. No muy lejos, en el IFC Mall, Salvatore Ferragamo, Versace, Hugo Boss, Ermenegildo Zegna y Givenchy, entre otras, cumplen con la exigencia de cualquier capital que aspira a hacerse un lugar en el circuito fashion: la asistencia perfecta de las marcas líderes que imponen las tendencias año tras año.
Al salir de estos templos, y aventurándose por las calles que escalan Hong Kong, se llega al SoHo, que, entre bares lookeados, pasajes entoldados de ferias y una escalera mecánica urbana, se cuelan algunas propuestas interesantes. Por ejemplo, la firma del músico inglés Pharrel Williams, Billionaire Boys Club & Ice Cream, está más que de moda, y se ven sus remeras, bermudas y pantalones estampados dictando en inglés el andar trendy de los hombres, desde su local decorado como una heladería pop. Dentro de Gods of Desire abundan las prendas con insignias de la ciudad, pero no al estilo souvenir, junto con objetos de diseño, medio vintage y un poco kitsch. Sobre la calle Hollywood está la zona de galerías de arte y anticuarios, donde es posible encontrar accesorios y detalles retro.
Para romper con lo convencional y lo ya visto, es ideal subir a un tranvía y viajar hacia Causeway Bay, donde reside lo realmente vanguardista y honkonés, con espíritu más casual e informal. Las firmas locales Inicial, Drexfable, 8Five2, Bauhaus, TwoPercent Homme, y las francesas Agnés B. y APC, Diesel, Vivianne Westwood, Adidas... son sólo algunas de las que apuestan a locales menos convencionales, con vidrieras intervenidas, muestras, y prendas de series limitadas, con un alto grado de diseño y calidad. En el D-Mop y DNM, dos multimarcas, se reúnen las propuestas más divertidas del urbanwear: productos discontinuos, casi únicos, de diseño de autor. Los inmensos shoppings como Lane Crawford, Times Square y el Sogo están llenos de tiendas de cosméticos y perfumerías, marcas de lujo, y una oleada de diseño japonés. Es que las marcas locales son escasas, aunque prometedoras, y hay una cierta adoración por los diseñadores europeos y japoneses, y una gran demanda de productos de belleza. Sí, como buenas orientales, cuidan su cara hasta el extremo, con blanqueadores, bloqueadores solares, cremas, tratamientos, más coloridas sombrillas para protegerse del sol.
Cruzando al continente en ferry para apreciar la vista de la ciudad, especialmente de noche, se llega a Tsim Sha Tsui, Kowloon. De nuevo, pero esta vez más grandes aún, aparecen los megalocales de Dior, Chanel, Hermès, Viktor & Rolf.
En este barrio, lo más divertido es perderse en las ferias callejeras, que ofrecen zapatos de todos colores y modelos a precios baratísimos, así como medias, remeras, vestidos, carteras, bolsos de viaje. La idea es dejarse llevar por los pasillos y que no pase la oportunidad, lo más probable es no volver al mismo sitio ni encontrar la misma prenda nuevamente. Escurriéndose entre los tendederos y los turistas, lo más recomendable es evitar comprar en las ferias principales, como el Lady´s o Stanley Market y Tempel Street en Jordan, y animarse a las calles que las atraviesan y a los mercados más ocultos. Es común encontrar locales dentro de edificios particulares, y hasta showrooms y mini shoppings en sitios insólitos: casi sin marquesinas ni identificaciones, miles de escaleras mecánicas conectan la calle con enormes galerías. En Mong Kok, por ejemplo, en una transitada esquina, y dentro del local de una reconocida cadena de perfumerías, está la entrada al shopping de diseñadores japoneses por excelencia. A esta especie de galería-trastienda de cuatro pisos y miles de pequeños locales se llega casi por casualidad, siguiendo las complicadas explicaciones de algún lugareño. Un poco chino, un poco inglés, muy japonés; imposible no perderse.
Por Carolina Pierro
// Pistas
Para estar a la moda en Hong Kong, hay que, como en el resto del mundo, no estar a la moda. ¿Cómo? Yendo a fiestas clandestinas organizadas por artistas o empresas cool, convocadas vía facebook. El SoHo es para turistas, lo in en el ambiente del diseño es usar lentes de pasta de colores, sacar fotos con una Holga, zapatillas fuera de serie, remeras estampadas, pantalones ajustados o minivestidos con tacos altos, algo así como una mod-glam, para salir a bailar música electrónica al Volar Club, en Central. http://www.volar.com.hk/
// Pasar revista
La revista de moda y diseño cool se llama Milk ( www.milk.com.hk ), y aunque está redactada en cantonés, se pueden apreciar las mejores producciones fotográficas de HK. Jessica es la clásica revista de moda, con años en el mercado. Idn es quizá la más lograda de todas, la única publicación que reúne talentos nacionales e internacionales del ámbito del diseño, y que abarca todos los aspectos de la cultura, en una edición mensual impecable, con excelentes notas, editoriales y fotografías; un DVD, y como si fuera poco, en inglés. www.idnworld.com
// Para visitar
* http://www.hongkonghustle.com/
* http://www.fashiontraveler.com/hong_kong-shopping-guide.php
* Drex fable http://www.drexfable.com/main.html
* INITIAL http://www.initialfashion.com/
* 8FIVE2 http://www.8five2.com/
* BAUHAUS http://www.bauhaus.com.hk/
* APC http://www.apc.fr/
* D.MOP http://www.d-mop.com.hk/
* Agnes.B http://www.agnesb.com/front/index.jsp?null
22.10.09
Hong Kong
5.10.09
Susana Saulquin
Una charla con la directora de la carrera Diseño de Indumentaria y Textil de la UBA
Por Carolina Pierro y Karen Kim para TrendXchange
Susana Saulquin, directora de la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, polemiza sobre la carrera, la industria y el mercado local.
-¿Por qué Diseño de Indumentaria y no de Moda?
-Fue mucha la discusión por el nombre. Algunos decían moda, y no: vamos a enfatizar el diseño. Yo siempre insistiendo en que la moda iba a acabar, iba a acabar y qué se yo. El arquitecto Breyerhablaba siempre del indumento. ¿Por qué esa palabra tan fea? Porque es un indumento, porque desde el punto de vista arquitectónico, el espacio y bla... Una cosa es la moda masiva, y que depende de las tendencias, y otra es el diseño. La cuestión era diseño de qué. Después de dos meses de discutir, quedó de Indumentaria. La FADU avanzó con este término que se impuso en toda Latinoamérica.
- ¿Cómo evolucionó la carrera en estos 20 años?
- En el año 86, dos años antes de la creación de la carrera, me llamaron de la FADU para que diera una charla en una cátedra de la facultad de Diseño Gráfico. Se alborotó todo el mundo cuando planteé el tema. Era la primera vez que se hablaba de diseño de indumentaria. Inmediatamente me llamaron de la facultad, hubo una reunión. Se sumó el hecho de que el Gobierno Italiano estaba dando unos créditos a PyMes locales que no tuvieran diseño. Entonces, Carmen Córdoba, en ese momento secretaria académica y después decana, dijo: "Hay que hacer una carrera".
-¿En qué quedaron las propuestas de reformas del Foro Académico 2006?
- Todavía no se llevaron a cabo. Yo dije: qué bueno tener la posibilidad de reestructurar las materias, 20 años después. También pedí pasar Sociología, para que los chicos tuvieran las historias antes. Nadie me hizo caso. Ahí quedó, en standbye. Puede ser por decisión política, porque es mucho trabajo, y hay que conseguir o derivar presupuesto de otras cosas a la currícula. Los cambios eran bárbaros, y agregábamos un año más porque ¿qué pasa? Nuestra carrera tiene dos mil y pico de horas, y con eso no se puede acceder a posgrados. Con cinco años sería bien sólida la carrera. Tintorería y estampado, ¿sabés cómo tendría que estar obligatoria esa materia? Un desastre. Pero bueno, ya te digo lo que pasó estructuralmente. En su comienzo hubo prejuicios, gente que no sabía mucho del tema. Recién ahora está cambiando eso. Decían que moldería era corte y confección, de modistas. No había forma de hacerles entender que así como la materia Estructuras está en Arquitectura, para poder trabajar las morfologías es necesario saber de estructura de prendas, de moldería.
-¿Qué harías si tuvieras más tiempo como directora de la carrera?
-Me dedicaría nada más que a enfatizar la necesidad de poner un año más. Agregaría tres molderías: Moldería, Morfología y Fundamentos Geométricos del Modelaje, materias estructurales que acompañen a los tres Diseños. Después podría haber Psicología o Semiología de los signos. Estampería y tintorería tendrían que ser obligatorias y tener su taller, son fundamentales.
-¿Cómo se integra la carrera con otras disciplinas?
-Podría estar diciendo todo pour la gallerie, para quedar bien. Pero yo te digo la verdad: nunca se pudo hacer. Había un proyecto que se llamaba PIA, Proyecto de Integración Académica, en el cual trabajamos como tres años en los 90 para logar la integración de todos los diseños. Nunca se pudo, porque hay un fuerte rechazo de Arquitectura. Pero no pueden echarnos porque estamos bien enquistados ahí. Entonces se trabajó mucho en común, con materias que pudieran ser horizontales, aunque después se notó que había problemas; las especificidades son muy distintas. Se hace con las electivas y siempre se habló de abrirse hacia Arte o Economía. El tema es que nosotros no vamos; la FADU es un poco soberbia. Yo creo que con los posgrados se va lograr.
- ¿Cómo ayuda la FADU en la inserción de sus diseñadores en el mercado?
- Estamos tratando de ver como darles visibilidad a los chicos. Erróneamente pensé que llegaría por Semillero, que iba a ser más dinámico. Pero quizás es demasiado conceptual. La idea es que se presenten cosas nuevas, con originalidad y diseño, con morfologías y conceptos claros; darles a los ganadores de Semillero UBA un empujón.
-¿Qué pasa con los ganadores de Semillero?
- Daniel Turner, uno de los primeros ganadores, es muy genial, y tendría que estar ocupando los nuevos espacios. Lo que pasa es que tiene que haber toda una estructura, como hacen en Inglaterra. A la Argentina le faltan empresarios. No entienden, nadie entiende nada. Esa es la verdad. Hay comerciantes, no empresario con planificación para el futuro. Falla el sistema acá, directamente. Las individualidades son geniales, ese es el grave problema. Hay muchos celos, envidias, soberbia y egocentrismo. No así en Colombia ni en Brasil. Estamos paveando, perdiendo la posibilidad y nuestras ventajas comparativas que son el diseño y la creatividad. Somos creativos, insoportables, pero creativos.
-Una predicción...
-Cuando apareció el picudo hace años, que por algo aparece una plaga, yo propuse al algodón orgánico. A lo que me contestaron: vos estás loca, que voy a andar gastando en esa porquería. Empezó la plaga y yo, que voy a la fundación ProTejer porque la dirección de la UBA tiene un asiento, escucho sobre el picudo y, aunque no soy mala, por adentro de mi corazón dije: "y se les va a comer todo. Avanza, y no se han abierto al algodón orgánico". Es caro, pero si la Universidad de La Rioja lo empezó a hacer, la de San Juan también y ahí se quedó, es porque nadie da apoyo. No tienen esa visión empresarial, no planifican. El algodón no es el material del siglo XXI, no lo es. Lo va a ser la lana, otros tipos de materiales. Tiene que ser la gente joven la que realmente cambie el proyecto de la Argentina.
-¿Qué va a venir?
-Yo siempre pienso en el futuro, en lo que va a venir. Resulta que estaba de viaje en Islandia y, un día nublado salgo a caminar. Llovía. En Reykiavik hay 30000 personas, no hay nadie nunca por la calle, no hay autos, está todo vacío. Caminando por el borde de un lago enorme digo, haciéndome la mística: ¿Por qué no me bajan ideas de lo que va a venir? ¿Qué va a pasar? Entonces en ese momento me agarra un miedo. Se oscurece todo y aparece una cosa que me envuelve, un viento. Nunca en mi vida me había pasado una cosa así. Porque soy muy racional. Me envolvió como un torbellino y empecé a correr. Un huracán chiquitito me envolvía. Una cosa rarísima y dije ¿Qué pregunté? Empiezo a correr como loca muerta de miedo. Yo pensé que me iban a bajar ideas. Entonces miro para el lago, y había un arco iris increíble sobre el lago y dije: "bueno, está bien. Puede ser que después de la debacle va a haber un arco iris". No me lo voy a olvidar nunca más; no voy a preguntar nunca más. Muy loco todo eso, pero divertido.
Sobre islas virtuales
“Ovejas descarriadas”, “gallitas” y “muchachas blogueras muy famosas”, como las llamó su mismísimo Ministro de cultura cubano Abel Prieto, postean a diario y sin ningún tipo de filtro en lo que sería el último medio de expresión libre de los isleños: el blog. Bien saben que las consecuencias no tardarán en llegar. De acción y reacción viene la historia.
Por C.P. para Cuatropuntocero
Ahora, ¿qué tiene que ver la blogósfera con el arte y la política? En Cuba, mucho. Resulta que Tania Bruguera, una artista cubana que trabaja sobre el arte de conducta, haciendo performances bastante críticas y muy políticas donde el público tiene una participación clave, decidió cuestionar la imagen política de su gobierno en los medios masivos. ¿Cómo? En su última performance en La Bienal de La Habana, “Tatlin’s wispers”, recreó el primer discurso de Fidel, con un estrado para que los espectadores pudieran pasar y decir lo que se les antojara durante un minuto, paloma en el hombro incluida, y escoltados por dos guardias.
Es acá donde aparecen las protagonistas de la historia: las bloggeras Yoani Sánchez y Claudia Cadelo, ambas con un poder de denuncia y una respuesta a sus posts admirable (por encima de las 2000 respuestas no es poca cosa), subieron a hacerse escuchar.
“Que un día la libertad de expresión en Cuba no sea una performance”, dijo Claudia, y estallaron los aplausos en el lugar. Ya venían adelantando lo que sería el evento desde sus respectivos blogs, y, horas más tarde, hicieron eco de lo sucedido escribiendo “Y nos dieron los micrófonos” y “Un minuto de libertad por persona”. Pero claro, a esos blogs – los más populares, por cierto- los sigue toda Cuba, hasta el propio gobierno, al que le causa poca gracia el poder que tienen estas cibernautas, tanto desde su computadora, como en vivo y en directo. Y entonces pasó lo inevitable.
“Hemos sido sesgadas en dos conciertos de Pedro Luis Ferrer. En uno, repudiaron a Yoani Sánchez y le negaron la entrada, en el museo de Artes Decorativas; en otro, en el museo Nacional de Bellas Artes, no me dejaron entrar a mí”, contó Cadelo a Cuatropuntocero.
Via mail nos regala un pantallazo del la movida bloggera isleña: “La censura es nuestro karma, pero evadirla es una de las cosas más divertidas que hay. No sé si ‘movimiento blogger’ sea el término exacto, no somos un grupo ni actuamos como tal. Más bien somos una constelación de individuos que comparte la misma tecnología y ha decidido utilizarla para expresarse sin censura. El fenómeno está en pleno crecimiento, a pesar de lo limitado del internet cubano. La gente tiene deseos de libertad, sobre todo los jóvenes. Para el futuro hay muchos planes, en estos momentos ya se está llevando a cabo un concurso de blogs cubanos dentro de la isla, que se llama Una isla virtual, y Yoani Sánchez está organizando para octubre una pequeña academia blogger, donde se enseñará, entre otras asignaturas, fotografía, arte cubano y código html. Tengo el honor de ser una de las profesoras”.
Las supuestas ovejas descarriadas bien saben lo que hacen, y por lo visto, no sólo no las detiene la censura, sino que las incentiva a seguir dando batalla. El pasado 9 de Septiembre, por decisión unánime del Jurado del concurso “Una isla virtual” y por el voto de los cibernauta, se otorgó el premio a Mejor blog a Octavo Cerco. Todo dicho. Punto y seguido. Ahora, y con el poder que les otorga el pueblo: “agarrate Prieto”, porque van a seguir posteando.
Chicas en Marte
Ni mujer ni en otro planeta, Jonathan Douglas Braverman claramente es un “El” con los pies sobre la Tierra y dirección en Capital Federal. Un chico más bien tímido que casi al pasar comenta que es Dj y que no hace más de unas semanas ganó el concurso de remix de Depeche Mode. “Say what?”. Acá nadie se dio por enterado.
Texto y foto por C.P. para Cuatropuntocero
“No quiero contar por qué, pero como dicen todos, uno no es profeta en su tierra. ¿Tendré que hablar en inglés? No sé. Es mucho por contactos y yo soy una persona muy tranquila, no está en mis venas. Soy músico, no RRPP”, nos cuenta y cambia de tema para evitar polémica. Quedó claro, como todos los que odian el lobby pero se las ingenian con la compu, aprovecha las redes sociales para promocionar su trabajo a nivel mundial, manteniéndose escondido detrás de su consola.
Con la música en primer plano como consigna, este productor en artes electroacústicas entró a ese mundo hace cuatro años, mezclando Kraftwerk con algo de pop y rythm & blues. “Yo soy sólo el medio, quien está tocando, pero Ladies on Mars es la música, mi banda virtual más allá de que yo esté o no; es superar lo visual”, sintetiza dando un paso al costado. Suelta entonces los sonidos, para que viajen libremente y lleguen a oídos de quienes quieran escucharlos. Con Myspace como principal aliado, y aunque la calidad no se compare con la de los vinilos que salen el mes que viene con los remixes de Alex Young, sus temas son bailados en toda América, Alemania y Rusia. Por medio de la misma plataforma, varios productores independientes se contactaron con él para que tocara afuera.
Hace un par de meses le llegó un mail de Beatport, un newsletter anunciando el concurso de Depeche Mode: remixar Peace, su último single. “Participé sólo porque quería tener mi remix de Depeche, para mí”. Por cuatro dólares tenía que comprar el paquete con el crudo, es decir, todas las pistas por separado. Pero en tres días armó su versión y el 12 de Mayo la subió al portal de Beatport para ver qué onda. “Recién el 19 de Agosto me llega un mail, se atrasaron dos meses con el resultado porque había demasiado material, más de mil productores concursando”. El público elegía 10, y la gente de Mute Records otros 10. “Supongo que ellos me votaron a mí. Salí segundo, elegido por Depeche Mode”, a cargo de la decisión final, claro. “Ah, y ranckea primero en descargas”, tira posdata como quien no quiere la cosa.
Otro talento local que, como pasa cada vez más, gracias a Internet edita su material en sellos de afuera. “En estas dos semanas, por el concurso, me agregaron muchos por el Myspace. Gente que escucha mi nombre, lo googelea, sale mi sitio y ya está”. Aparte, está armando un album para Definition Records, un sello alemán, y escucha ofertas para tocar en esos países donde todavía se editan vinilos. Dato curioso, todos sus temas tienen vocals, letras en castellano con doble “ele” porteña, y paradójicamente son más escuchados afuera. “Pasa por la forma y la actuación que trasmite la voz, sin necesidad de entender la letra. La música tiene mucho de eso, del gesto y la sensación. Hice dos temas con el discurso que dio Cristina cuando asumió. Me pareció que había que hacer algo, no pasa todos los días. Quería ver qué podía hacer con un texto. Más allá de estar a favor o en contra, fue mostrar qué pasó. Una narración de alguien transformada en música”. Claro que el EP fue editado digitalmente, pero por un sello de Canadá.
Generación 2001
Triunfadores en la adversidad formados por la UBA
Por Carolina Pierro y Karen Kim para TrendXchange
A partir de la hipótesis "toda crisis es motor de cambios", consultamos a diseñadores de la generación 2001 salidos de las aulas de la UBA. Una retrospectiva y una visión a futuro. Cuatro referentes, cuatro preguntas y muchas respuestas.
-Considerando a la FADU como laboratorio de experimentación, ¿cómo fue pasar de crear prendas conceptualmente extremas a productos factibles de funcionar dentro del mercado, del prototipo único a la producción industrial?
Vicki Otero: -Eso es algo que se va dando naturalmente cuando esto se transforma en un medio de vida. Mis primeras colecciones eran mucho más conceptuales, pero a medida en que las prendas quedaban colgadas en el perchero y no salían, pensaba: ¿para quién lo hago si no se vende? ¿cómo sigo adelante? No hay otra manera.... Hoy trabajo mucho contemplando la necesidad del consumidor, buscando el equilibrio entre el concepto y lo comercial......y creo que hoy puedo retomar el camino de la experimentación desde otro lugar. Creo que el posicionamiento y la identidad que adquirió mi marca desde que comenzó hoy me permite vender prendas más jugadas.
Mariana Dappiano- Pasa por la maduración de uno como profesional. Empezar a disfrutar también de que la gente use nuestros diseños y los disfrute. Además, entender esto como un negocio que tiene que seguir funcionando para poder seguir experimentando. Trabajar para empresas antes de lanzarse como diseñador independiente permite una prueba y error de productos, y también estar acompañados en el proceso por gente con más experiencia.
Pablo Ramírez: -En mi caso, lo primero que hice fue trabajar durante siete años como diseñador en el departamento de producto de diferentes marcas, así que fue muy natural el "aterrizaje forzoso".
Hermanos Estebecorena: -Es un gran aprendizaje ver qué es lo que quiere la gente. Creo que el paso es hacer lo que uno quiere decir y poder escuchar qué es lo que la gente quiere decir. Después empezás a trabajar en el diálogo. Pero primero está esa one way communication, que necesariamente tiene que evolucionar en un equilibrio de propuesta y atención.
-¿Qué aspectos diferenciales hicieron que su generación de diseñadores no sólo consolidara, sino también creara un mercado local para el diseño de autor?
V.O.: -Principalmente creo que cada uno hizo lo suyo sin mirar hacia afuera. Mostrarnos en la misma plataforma nos dio el marco de diseñadores de autor, y sobre todo seguimos adelante con nuestros proyectos, a pesar de todas las adversidades.....
M.D.: -Una facultad de diseño controvertida, experimental y de poca gente nos forjó como emprendedores. Empresas que creyeron en nosotros nos ayudaron a dar los primeros pasos. Y un mercado vacío de propuesta nos dio lugar a crecer como alternativa en el 2001 a las marcas que no tenían producto o cerraban. Nosotros no teníamos nada para perder y avanzamos.
P.R.: -Primero, todo era nuevo. Había mucha avidez de hacer, de saber; no había información como hay ahora, así que todo era una gran incógnita además de un terreno fértil. La carrera era nueva, y nuestros docentes no tenían una experiencia muy certera o probada en esto. No había un "pasado", sino que todos venían de otras ramas del diseño o del arte. Estaban aproximados a la moda, pero concretamente, el camino que luego empezamos a recorrer docentes y alumnos fue algo verdaderamente nuevo. Por otro lado, fueron la realidad económica y nuestra capacidad de adaptación las que generaron el movimiento del diseño de autor.
H.E.: -Creo que ser los primeros universitarios en hacer diseño de indumentaria fue bastante importante. No había otros haciéndolo y lo empezamos como lo creíamos mejor. Por ahí si alguien hubiera estado antes, lo hecho previamente hubiera condicionado nuestro comienzo. Fue un poco inconciente, a las dos semanas de abrir nuestro local teníamos a los periodistas de Spruce, de Wallpaper, queriendo fotografiar lo que hacíamos y saber de nuestra historia. La crisis del 2001 hizo que el público en general que estaba acostumbrado a comprar importado o ir al exterior a comprar marcas extranjeras se encontrara ante un cambio. Fue como un momento de tocar fondo y ver qué había en el inventario. La gente encontró opciones locales que eran competitivas, reconocidas internacionalmente, y por sobre todo eran propuestas que tenían mucho que ver con ellos mismos, que estaban pensadas para ellos. La atención de la prensa local ayudó mucho en todo esto y fue muy importante. Las grandes marcas estaban en baja y dejaron un espacio para que otros pudieran crecer. Tuvimos la vocación emprendedora, ganas de hacer nuestros propios proyectos. Esto transformó al barrio de Palermo (hasta ese momento un barrio de talleres mecánicos) en un destino turístico internacional. Palermo no tenía nada que lo relacionara con el diseño, la gastronomía gourmet o los hoteles boutique. Es el trabajo de hormiga de diseñadores, restaurantes y hoteleros que cambió en cinco años un barrio sin ningún antecedente de sofisticación o diseño, agregándole un enorme valor y propiciando buenos negocios. Hoy, en vez de proteger este valor tan reconocido internacionalmente, se lo bastardea con cualquier propuesta que no engaña a la clientela internacional, sino que la ahuyenta o defrauda.
-¿Ven una nueva generación de diseñadores?
V.O.: -Estarán escondidos... En la UBA vi trabajos muy buenos de los egresados. Pero después no pasa nada... Es algo que me pregunto bastante últimamente...
M.D.: -Sí, tímida, pero creo que en unos años se comenzará a consolidar.
P.R.: -Creo que hay una gran confusión, producto de los medios de comunicación y este "exceso de información". Las nuevas generaciones ven en esta carrera una "salida", y yo creo que esto es una gran problemática, donde la única solución es trabajar, luchar y seguir para adelante. Esto es un trabajo, no es la gloria. Pareciera que las nuevas generaciones sólo esperan el "reconocimiento" y nadie está dispuesto al sacrificio. Se está perdiendo la cultura del trabajo en pos de la fama.
H.E.: -No estamos muy informados al respecto. Nuestro trabajo nos tiene muy concentrados en lo que hacemos. En septiembre vamos a ir a Rooms en Tokio invitados por la Cancillería y compartiremos el lugar con algunos nombres nuevos, vamos a ver cómo son allí.
-¿Qué cualidades necesitan los diseñadores emergentes hoy para hacerse un lugar?
M.D.: -Profesionalismo, calidad y buenas ideas.
P.R.: -La más importante es tener mucha capacidad de trabajo, de entrega. Yo creo que el objetivo tiene que ser éste. Que lo otro si llega, llega después, y es sólo el resultado de todo lo anterior. En definitiva: dejar de lado la especulación.
H.E.: -Generar una identidad propia, una propuesta que sea competitiva y desarrollar un producto de calidad inobjetable. Tiene que haber algo de diseño para ser vendido y estar bien hecho, eso es lo primero. Creo que después hay mucho de gestión y administración que de no ser atendido, hace fracasar muchos proyectos. Hay que atender a la Musa y al plan, y que salga bien.
Estudiantes con marca registrada
Proyectos productivos que nacen en las aulas
Por Carolina Pierro y Karen Kim para TrendXchange
Para los que piensan que después del 2001 no surgieron nuevos talentos, cuatro ejemplos de flamantes proyectos. Todos nacidos en las aulas taller de la FADU, hijos de jóvenes diseñadores, hoy emprendedores que se abren paso y crecen a su propio ritmo. Confesiones, testimonios, anécdotas, técnicas. Y tiempo al tiempo...
VERDUGO
Verdugo surge en 2006, de trabajos en equipo para la materia Diseño. María Luz Rodríguez, Martina Goobar y Nicolás Guastavino tuvieron la iniciativa de desarrollar un proyecto juntos, por la necesidad de llevar a producto las ideas, estéticas y gustos similares. La carrera jugó un rol muy importante. Por un lado, con respecto a lo tecnológico y productivo: el armado de fichas técnicas, el conocimiento de los materiales, sus propiedades, limitaciones y los avíos adecuados. En relación con el marketing y branding, brindó herramientas para generar una marca coherente, desde el nombre, el logo, la tipografía y el sitio.
Debido a la carga horaria de la carrera, desarrollaron bolsos y accesorios, que no necesitan progresión de talles, ni amplia variedad morfológica, y tienen un proceso productivo más acotado. Variando materias primas, colores, avíos y estampas, generan variedad de productos. Con una pequeña inversión desarrollaron la primera colección, que apuntaba un usuario unisex, para ampliar el margen de ganancias. Así, la idea fue que cada colección financiara a la siguiente generando una marca autosuficiente. Hoy, y a diferencia de las dos primeras colecciones donde utilizaron telas ya estampadas, Verdugo incursiona en el estampado artesanal, valiéndose de las posibilidades que otorga el denim. La producción es acotada. Son productos más artesanales y valorados por el cliente. En el futuro, Verdugo espera ampliar su gama de productos, ofreciendo pequeñas series de prendas y accesorios, y más adelante, colecciones por temporada.
DESCARTES
Tienda Descartes nació como proyecto final de la carrera de Diseño Textil de Antonela Del Vecchio. Comparte con Trendxchange su proceso: "El emprendimiento no nació concientemente. Durante la carrera me dediqué a aprender al máximo y aprovechar cada trabajo que se presentaba como un desafío a mis propios esquemas y a mi forma de concebir el diseño. Cada cosa aportó una nueva visión. No puedo negar que mientras estaba cursando sentía que lo único que trataban de hacer era cortar toda mi inspiración y grandes ideas y enlatarlas en lo que a los profesores les gustaba. No tardé mucho en darme cuenta de que lo que estaban tratando de hacer era darme herramientas para cuando llegara el momento de diseñar por mi cuenta propia".
"Con Tienda Descartes uní dos pasiones que tengo: el diseño y el reciclado. Diseño a partir de la materia prima (lo que para otro sería descarte) y su materialidad. La estética es muy urbana, las estampas en su mayoría están inspiradas en señales de tránsito, fotos de ciudades e imágenes ferroviarias, para trasmitir la idea del re-uso dentro de la ciudad misma. Genero todo tipo de objetos contenedores. Son únicos porque lo materiales descartados son siempre diferentes. Quiero cambiar la idea sobre lo que se considera útil y lo que se considera inútil. En un mundo cada vez más descartable, Tienda Descartes colabora en la creación de conciencia ecológica. Convertir lo `desechable´ en algo útil; dignificar a través del diseño".
Comprende dos líneas. Casa: pantuflas hechas con descartes de cuellos de punto y suela de cuero, gorras de baño, blocks realizados con fotocopias y sets de contenedores plegables. Urbano: portalibros/ portacuadernos de cuero o cuerina, ecobags o bolsas tipo camiseta plegables para llevar en la cartera, bolsos de lona para hacer las compras y decirle no al polietileno, fundas para laptop y portacámaras estampadas. Para verlos, están en Thames 1916, Palermo.
ME CONTO UN PAJARITO
Con un perfil mucho más comercial y con un negocio ya consolidado, las chicas de Me contó un pajarito diseñan trajes de baño para niños desde el año 2007. Mientras cursaban el tercer año de la carrera, Belén Cassina, Laura Bella y Lucila Torres, amigas y compañeras de facultad, investigaron el mercado y aunaron experiencias laborales para decidirse por este rubro poco explotado. "Ofrecemos distintas líneas, cada una con una estética diferente. La idea es que los chicos puedan elegir cuál es su estilo. Los productos tienen un valor agregado, que es un packaging, accesorios y calcos", comenta Belén.
Para crear su negocio, implementaron todo lo que aprendieron en la FADU, pero sienten que no fue suficiente. "Lo que se estudia es muy básico. En cuanto a producto la facultad nos ayudó en un cien por cien, pero a la hora de las ventas, comercialización, producción y logística, tuvimos que capacitarnos con cursos de emprendedores y preguntar a la gente con experiencia en negocios. La facultad te da la teoría, pero la práctica es mucho más compleja. Cambió mucho la forma de entender los trabajos prácticos cuando empezamos a aplicar los conocimientos adquiridos en nuestro proyecto. Armamos solas nuestro sistema de trabajo, según lo que los talleres demandan, sus tiempos y su forma de trabajar". Las chicas distribuyen sus productos en tiendas de Capital Federal e interior del país. De a poco, comienzan a exportar a Israel y Estados Unidos. Actualmente están planeando lanzar una línea de indumentaria para invierno y tienen como meta muy cercana abrir su propio local.
SILLI SISSI
"El vestido es alegre, una lo elige y sos otra, porque es una prenda que te viste entera", dicen Victoria Molina e Inés Elizalde sobre las prendas que diseñan para Silli Sissi. En el verano de 2008 empezaron a pensarlos: "No hay uno igual a otro, únicos y atemporales debido al uso de materiales no del todo convencionales para la fabricación de vestidos y la combinación de colores que no sigue las tendencias." Con el tiempo, este carácter de prenda única hizo fortalecer un aspecto inesperado de la marca, los vestidos de novia y fiesta.
Encuentran en esta tipología la libertad de aplicar prácticamente cualquiera de los conocimientos aprendidos en la materia Diseño: "Los vestidos nos permiten conjugar muchas cosas que nos gustan, como colores, texturas y formas". Pero además el hecho de que Victoria trabaje en una marca de ropa e Inés en vestuario teatral aporta diferentes datos y miradas a la hora de diseñar. En la última temporada de invierno incluyeron a su colección una línea de vestidos íntegramente tejidos industrialmente y planean ampliar la línea de fiesta. Como la mayoría de estos emprendimientos jóvenes, Silli Sissi sólo se consiguen en showroom y en tiendas seleccionadas.